Cultura Solidaria

¡Papá gobierno nos instruye!

La desazón instructora del gobierno actual hacia los pobres ciudadanos de la, no por mucho tiempo, llamada nación española, no hace más que aumentar en los últimos tiempos. Ya no es sólo el intento revisionista de todos y cada unos de los fundamentos consensuados por los artífices de la transición a la democracia constitucional actual, sino que papá gobierno se siente en la obligación de guiarnos a cada paso.

El ciudadano medio, piensan, carece de la cultura y la formación suficiente y debe ser instruido convenientemente en primer lugar desde la escuela con la imprescindible “Educación para la ciudadanía”, gran invento de última hora que se incluirá en la LOE. ¡Es asombroso que los anteriores gobiernos no hayan caído en la cuenta de su gran necesidad!

Pero más llamativo todavía por su “genialidad” es su último planteamiento para equiparar al hombre con el mono y pedir “la inclusión inmediata de estos en la categoría de personas” incluyendo “la protección moral y legal de la que sólo gozan los seres humanos».

Hablando ya en serio, esta propuesta es uno de los mayores atentados contra el sentido común, del que están sobrados los españoles, aparte de un ataque en toda regla contra la cultura, la filosofía y el pensamiento que sustentan la civilización occidental.

Las consignas que, se nos vienen encima en las próximos meses y que nos echaran en cara como si no fueran compartidas por todos nosotros, son del todo previsibles y se expresarán en términos parecidos a éstos: “Los animales deben dejar de ser simples bienes de uso para el hombre”, “El ser humano no es dueño absoluto del resto de la naturaleza” etc. para concluir que los animales superiores, es decir los simios, tienen derechos como los del hombre. Planteamientos tras de los cuales se esconde un claro interés político disfrazado de sentimentalismo utilitarista, dirigido a crear, una vez más, otra polémica absurda y de paso socavar un poco más nuestras tradiciones.

Es lamentable que en pleno siglo XXI haya que dejar claro a la clase política, ignorante y malévola, la diferencia esencial que separa al resto de los animales de los seres humanos. Somos animales que tiene conciencia de sí mismos como individuos, con derechos, responsabilidades y deberes y además somos capaces de extender nuestra piedad hacia otras especies que nos hace respetar el carácter sagrado que los animales tienen en cuanto dones naturales. La misma reverencia que nos induce a proteger la vida animal nos lleva a salvaguardar aún más la vida humana ya que está ultima es de orden distinto. Además el hombre es un ser con vida moral lo que lo diferencia radicalmente del resto de la naturaleza.

Compartimos por supuesto la idea expresada por diversos autores según la cual “al degradar la naturaleza salvaje, la civilización moderna ha dañado una parte de la propia alma humana”. Pero si los animales tienen idénticos derechos a los humanos, han de tener también deberes, cosa que evidentemente no ocurre puesto que carecen de conciencia de lo que moralmente bueno o malo. ¡Como pues se puede pedir la inmediata inclusión de los simios en la categoría de personas sin que semejante planteamiento no repugne profundamente a la razón!

Pero claro nuestros gobernantes en su afán por redefinirlo todo, pretenden prescindir hasta de los conceptos más elementales en un intento grotesco de crearnos un aterrador “mundo feliz” a lo Aldous Huxley, utilizando su exigua mayoría parlamentaria como instrumento para hacer prevalecer iniciativas legales descabelladas. Las últimas declaraciones de la ministra Narbona matizando la propuesta no son creíbles. No somos ignorantes y sabemos que detrás de todo esto están los defensores del esperpéntico proyecto denominado «gran simio». simio1.jpg

May 7, 2006 Posted by | Política | Deja un comentario