Cultura Solidaria

Fiestas religiosas: «por lo civil»

Cuando la Iglesia lee el Evangelio de Pentecostés, uno recuerda “in illo témpore” en que España vivía con inusitado bullicio los “tres días (que) tiene el año/ que relumbran más que el sol;/ Jueves Santo, Corpus Christi/ y el Día de la Ascensión”, hoy trasladados al Domingo, Día del Señor, con liturgias de fiesta grande, pero sin que en la calle se tenga gesto alguno de celebración. Es el signo de los tiempos…y las gentes.

Sin embargo, a mi parecer, es muy poco lo que consiguen estos sacerdotes del laicismo que prohíben fiestas religiosas, aunque luego sus querencias van por celebrar hasta primeras comuniones sin comunión, o bautismos sociales o laicos, pues tendrán que pasar muchas generaciones para hacer olvidar fe y creencias tan intensamente vividas y tan tradicionalmente sentidas; y si no que intenten prohibir o marginar las romerías, ahora que comienza por toda nuestra geografía el rosario de estas celebraciones populares y populosas en .honor de Santos Cristos, santos, arcángeles, y sobre todo Vírgenes patronas; tantos que resultaría tedioso nombrar siquiera a medias: La Fuencisla, El Henar, La Soterraña, El Pinar. La Aparecida…, La Virgen del Castillo; sonoros nombres que llevan nuestras madres, novias, hijas…

Que igual que nadie puede robar o cambiar el significado de una Primera Comunión o un bautismo, todos sabemos que el diccionario en primera acepción dice de romería que es viaje que por devoción se hace a algún santuario, mientras que el segundo significado dice de la fiesta que con este motivo se celebra, celebración cristiana en la que, por supuesto, hay bullicio, alegría, bailes y cánticos, comidas de hermandad y juegos y tertulias, pero no faltan nunca los rezos, las ofrendas y hasta generosas apuestas por subir, portar, sacar las andas, y besar la imagen, poner a su vera a los niños, tocar el manto, piropear con los más naturales epítetos a la Señora y dedicarle los típicos bailes conservados y enseñados a través de años y generaciones,.incluso con peculiar vestimenta sólo lucida en estas ocasiones.

Alrededor de la Fiesta de Pentecostés la localidad de Bernardos celebra cada diez años  sus fiestas de “La Subida” en honor de su divina Patrona la Virgen del Castillo; que digan a los “pizarreros” que cuentan, como los presos sus días de prisión o los amantes su tiempo de separación, los años, meses y días que faltan para su próxima romería, la que preparan con inusitada ilusión, montando arcos de miles de flores naturales o por ellos mismos confeccionadas, cintas, globos y banderolas, como si de ostentosa y exhibicionista olimpiada o mundial evento o bodas de diamante y piedras preciosas se tratase, que les digan que un año no habrá, o será celebración laica, sin aludir a su Virgen, la tradicional “Subida”…Que imaginen la reacción de los que en el pueblo residen, de los que allí nacieron, y aunque vivan lejos vuelven, como “las golondrinas sus nidos a colgar”, a  la “función” la de tantos que ya vivieron la emoción de varias ediciones, o la de los jovencitos que ilusionados esperan su inicio romero…

Digan a estos hombres y mujeres conocidos por sus tradicional industria de la pizarra, que ya sirvieron al monarca Felipe II para cubrir el Real Monasterio de El Escorial, que fabricaron famosos paños, chocolates, harinas, tejas y aun cervezas, a esta gente que en su estima tienen usos, costumbres y tradiciones, que dejen estas celebraciones de cada año terminado en 0 subir a “su” Virgen al Castillo, tenerla allí tres días de romería y luego volverla a la iglesia parroquial en procesión que puede durar hasta veinte horas. Que su fiesta mayor religiosa la conviertan en laica o descafeinada…

May 24, 2010 Posted by | Sociedad, Solidaridad | Deja un comentario